Para nosotros la estrella flamígera es la manifestación central de la luz, centro místico y emblema de la divinidad. Este símbolo corresponde al grado de compañero y esta asociado al numero cinco y al hermetismo. Sus cinco puntas forman la pentalfa de Pitágoras y constituyen los cinco puntos de perfección: fuerza, belleza, sabiduría, virtud y caridad. Es la Estrella Flamígera el astro místico de la razón que ilumina al Compañero y cuya luz inextinguible disipa las tinieblas de La ignorancia. La letra “G” en su centro, emblema del genio del hombre, a quien ella dirige en el camino de la sabiduría, aclara el espacio inmenso que tiene que recorrer todo Masón para la posesión de todas las verdades, a través de las obscuras sendas de la ignorancia, de la superstición y de las falsas ideas que dominan en el mundo profano. Ella es parte de Dios en si misma que todo lo conserva y que adivina donde nace el bien y donde viene el mal, personifica el ingenio del hombre guiado por la razón.
Para nosotros la estrella flamígera es la manifestación central de la luz, centro místico y emblema de la divinidad. Este símbolo corresponde al grado de compañero y esta asociado al numero cinco y al hermetismo. Sus cinco puntas forman la pentalfa de Pitágoras y constituyen los cinco puntos de perfección: fuerza, belleza, sabiduría, virtud y caridad. Es la Estrella Flamígera el astro místico de la razón que ilumina al Compañero y cuya luz inextinguible disipa las tinieblas de La ignorancia. La letra “G” en su centro, emblema del genio del hombre, a quien ella dirige en el camino de la sabiduría, aclara el espacio inmenso que tiene que recorrer todo Masón para la posesión de todas las verdades, a través de las obscuras sendas de la ignorancia, de la superstición y de las falsas ideas que dominan en el mundo profano. Ella es parte de Dios en si misma que todo lo conserva y que adivina donde nace el bien y donde viene el mal, personifica el ingenio del hombre guiado por la razón.